sábado, 27 de marzo de 2010

La música sacra (del Latín : Sacer, Sacra, Sacrum: «santo, augusto»), corresponde a la forma de expresión musical nacida en Europa hacia la Alta Edad Media, (Siglo V d. C.) desarrollada como parte de los ritos cristianos de la época.

Mas que un género musical era una forma de evangelización, donde a través de sonidos primeramente Monódicos y fuerte presencia vocal, se relataba un pasaje bíblico o se destacaban virtudes y valores cristianos.

El término significa música sagrada (Sacrare o «consagrar») que a su vez deriva de sacratus («sagrado, consagrado») pero, dada su connotación y origen occidental, es de uso primordial en el cristianismo. Aunque por extensión puede ser aplicable a las diferentes manifestaciones músico-religiosas de otros pueblos, ya sean de origen indio, árabe, judío, u oriental, en el pensamiento occidental se suele reservar su uso para la música cristiana, incluyendo a veces la música cristiana contemporánea, en la cual la música explora temas cristianos para la juventud, aunque por su diseño puede ser tocada en otros lugares con excepción de iglesias.

La música sacra durante un servicio religioso para muchas iglesias es una parte fundamental de su liturgia. Se cantan kyries, himnos, salmos y canciones espirituales entonadas a Dios.

Por otra parte, las iglesias algunas veces cantan a cappella para adorar a su Dios. Ocasionalmente, los instrumentos musicales se utilizan solamente para expresar alabanza hacia la deidad. Todas estas maneras o estilos son utilizados por una iglesia u otra, o por una religión u otra. En la música más temprana de la iglesia cristiana, como es el caso de algunos libros del Nuevo Testamento, son probablemente himnos. Algunos de esos fragmentos todavía se cantan como himnos en las iglesias ortodoxas, incluyendo los himnos “despierta, despierta tu que duermes” en ocasiones como los bautismos. Siendo judío, Jesús y sus discípulos habrían cantado probablemente los Salmos atribuidos a David. Sin embargo, sin una industria centralizada de música, el repertorio de gentes normales era mucho mayor que el actual, así que se sabían probablemente otras canciones también. Los primeros cristianos continuaron cantando los salmos después de la muerte y resurrección de Jesucristo, eran cantados en las cárceles, las casas, y sinagogas en el primer siglo de nuestra era.


Etimología

La también llamada música litúrgica, o más comúnmente música sacra en el ámbito católico, tiene su origen de la palabra latina sacrum que a su vez es una traducción del griego (hieron (osteon)) que significaba hueso fuerte, hueso sagrado. El hueso sacro es el hueso central de la pelvis, que de acuerdo a los primeros romanos(antes del catolicismo) en su religión pagana, tenían la creencia de que este hueso era indestructible, y era la parte del cuerpo que seria capaz de levantar a un muerto o resucitar, el hueso sacro servía de ofrenda quemada, a los dioses romanos, de ahí nace la palabra sacramento que literalmente significaba un juramento o lealtad de un soldado a su rey, o algún objeto como el antes mencionado ofrendado para fines sagrados, así con el tiempo llegaron a formarse más de 30 sacramentos cristianos, aunque en el catolicismo solo se reconocen 7 sacramentos.

Primeras referencias bíblicas

En los Evangelios de Mateo 26:30 1 y Marcos 14:26 2 dicen que Jesús junto a sus Discípulos entonaron un himno antes de que se entregara para ser crucificado, por medio de Judas. El apóstol Pablo en el libro de los Efesios 5:19 3 exorta a la iglesia de Éfeso a entonar salmos, Himnos y canciones espirituales al Señor. En la Epístola a los colosenses 3:16 4 el mismo Pablo urge a la Iglesia de Colosas para enseñar y admonestarse unos a otros, con Himnos y Cantos Espirituales.

En los albores de la Iglesia cristiana

Una referencia fuera de la Biblia es a través de uno de los primeros Himnos que entonaron los paleocristianos en la antigua iglesia O MARAVILLOSA LUZ (Griego Φως 'Ιλαρον, Phos Hilaron) en el cuarto siglo, Basilio el Grande se refirió a este Himno en su tiempo ,como El viejo Himno.

la popularidad del Arrianismo en el cuarto siglo se puede atribuir a las canciones pegadizas que el sacerdote Arrio compuso con ayuda de otros.

El renombre de las canciones ayudo aumentar la popularidad de sus enseñanzas.

Efrem el sirio compuso una serie de himnos que más adelante en el cuarto siglo que eventualmente le ayudaría a ser reconocida como la doctrina ortodoxa que es.

Los himnos son expresiones formales de alabanza o declaraciones de las verdades de Dios.

Troparia y Kontakia son dos formas tempranas de himnos que se incorporaron en la adoración de la iglesia cristiana.

A la conclusión del quinto consejo ecuménico, el emperador Justiniano I se le atribuye haber compuesto un himno resumiendo la conclusión del consejo ecunemico, El hijo unigénito. Este himno fue incorporado en la liturgia divina de Juan Crisóstomo y aun se sigue cantando extensamente ahora en día.

Solo se tienen los textos de estos himnos, no la música. El himno más antiguo conocido con la notación musical es el Himno Oxyrhynchus, llamado así por el sitio de su descubrimiento fechado en el siglo III. Es uno de los pedazos más antiguos escritos en una notación de estilo griego antiguo.

Por supuesto es difícil hacer declaraciones sobre las calidades musicales de la música cristiana antigua, debido a la falta de evidencias concluyentes, y aun no está claro qué influencia tuvo esta clase de himnos en la música cristiana contemporánea.

Cantos bizantinos

El canto o la música bizantina, fue la música principal del Imperio bizantino y por extensión la música de sus conquistados, así se transformó a la música ortodoxa cristiana, y su gente después de la caída del Imperio otomano.

Música occidental

Varias tradiciones florecieron en el cristianismo occidental, una forma monofónica acompañada de cantos:

Alrededor del siglo IX y el X nació el canto gregoriano, según se cree es una derivación de la música carolingia la cual se deriva de una mezcla entre el canto romano y el canto galicano, el cual con la ayuda de Carlomagno se extendió por toda Europa, y después por los santos emperadores romanos, en el siglo XII en canto gregoriano había suplantado a todos los demás cantos o estilos musicales, excepto al canto gregoriano, al canto ambrosiano y al canto mozárabe en muchas capillas españolas.

El nombre gregoriano, probablemente se debe a Gregorio II, que después llegaría a ser asociado con su predecesor Gregorio Magno, el cual por su fama le llegaría a dar al canto gregoriano su fama de autoridad espiritual y antigüedad, tan fuerte es el mito de la autoría de gregorio, que perdura asta ahora en día. El canto gregoriano fue clasificado en 8 modos y fue influenciado por el canto bizantino de oktoechos, los textos cantados predominantemente se encuentran en la Biblia y en latín, aunque hay algunos textos en griego como Kyrie eleison y el Hagios Theos, el canto gregoriano ha pasado por periodos de detrimento y reavivamiento. la más notable de todas debido a los monjes de Solesmes, quienes han producido la edición oficial actual, Liber usualis.

La mayoría de los cantos actuales pueden ser trazados a los cantos de los monjes de Solesmes, desde el Concilio Vaticano II, el uso de la liturgia en latín ha declinado, junto al canto gregoriano. De todas maneras la popularidad actual de las grabaciones de los monjes de Santo Domingo de Silos en los años 1990 sugiere que aún hay interés por este canto.

Himnos

La tradición de los himnos en la lengua inglesa esta ligada con la iglesia protestante, así como la versión castellana, los himnos protestantes van desde organos, de la época de la reforma, como es el caso de Bach, hasta los himnos estadounidenses como es el caso de la arpa sagrada, Martín Lutero compuso varios himnos alrededor del siglo 16, del cual se inspiraba de las mismas notas musicales que escuchaba en las tabernas de su tiempo, otro famoso compositor de himnos fue Charles Wesley, hermano de John Wesley, Dwight L. Armstrong, hermano menor del evangelista Herbert W. Armstrong, quien fue un prolífico compositor el cual sus himnos basados en las escrituras son incluidos en la Worldwide Church of God's hymnals (Himnario mundial de la iglesia de dios).

Herbert W. Armstrong creía que las palabras de muchos himnos tradicionales no estaban basados en las escrituras, así pues le pidió a su hermano que escribiera himnos basados en los salmos y otros libros de la Biblia.

Algunos himnos, particularmente los villancicos son usados en cualquier denominación cristiana, mientras que otros himnos son solo usados por algunas tradiciones cristianas, o denominaciones tales como los bautistas entre otras denominaciones. en la algunos casos se debe a diferencias doctrinales que hay en esas palabras, de algún himno, pero en su mayoría se debe a cuestiones de tradición, o de producción denominacional, o himnos aprobados por los líderes de esas iglesias, que vayan de acuerdo a su punto de vista, de lo que consideran santo.

entre las denominaciones protestantes el uso d e himnos fue un factor fundamental y de disolución, pues algunos estaban a favor de solo usar letras de los salmos, mientras otros favorecían el crear nuevas letras.

Música cristiana contemporánea

Artículo principal: Música cristiana

La más reciente forma de música sacra entre los diferentes miembros de las denominaciones cristianas, es la Música cristiana moderna. Este tipo de música debe su influencia a la música secular del siglo XX.

Música cristiana brasileira

Mientras que en el protestantismo brasileño, su influencia puede trazarse también en el protestantismo estadounidense, hubo un periodo entre los años 70 y principios de los 90,hubo un movimiento brazileiro, que mezclaba varios ritmos afro-brasileños, así también como de la Música Popular Brasileira, con exponentes tales como Caetano Veloso ,Roberto Carlos ,Gilberto Gil entre otros, adaptando estos estilos a las iglesias, y dándoles un significado espiritual. también es conocida como música evangélica, ala música cristiana tanto en Brasil como en los países de habla castellana. la escuela musical brazileira aun continua en evolución con aportaciones de muchos artistas tales como Guilherme Kerr, Elomar Figueira de Mello, quien es considerado un erudito en cuestión de música cristiana regional del Brasil. quien se aleja del nihilismo común en la música cristiana actual.


Música en otras culturas

Artículo principal: Historia de la música

Como es sabido la música es universal, desde sus orígenes con la Música de la Prehistoria, siempre fue de origen religioso, ya fueran politeístas o evolucionaran a deístas, la evolución musical desde sus orígenes en la Música antigua antes de cristo hasta la música después de cristo, como la romana o la musulmán, pasando por la música tribal o africana.

Música de cámara


La música de cámara es un género de la música académica, escrita para un pequeño grupo de instrumentos, que tradicionalmente podían ser ubicados en una sala palaciega. Hay dos detalles que permiten caracterizar cabalmente una obra de cámara: 1) cada músico toca una parte diferente y 2) no hay director; los músicos deben estar ubicados de manera de poder mirarse entre sí, para lograr la mejor coordinación. No se incluyen las obras para instrumentos solos (eso deja de lado toda la literatura para piano solo y composiciones como las sonatas y partitas para violín o las suites para violoncello, de Bach). La palabra cámara implica que la música puede ser ejecutada en una habitación, con una atmósfera de intimidad. En italiano da cámera significa ‘para la habitación’. Significa:
  • diferente de da chiesa (‘para la iglesia’)
  • música para una pequeña reunión, exactamente como es la música de cámara.

La orquesta de cámara (en inglés chamber orchestra) es una orquesta pequeña, y por lo tanto con posibilidades de ejecutar música dentro de sala pequeña; no es meramente una orquesta de cuerda, porque puede haber también instrumentos de viento.

Teóricamente no hay un límite máximo de instrumentos, pero, en la práctica, la mayoría de las composiciones comprenden desde dos hasta cinco.

Hay muchas combinaciones instrumentales, la más importante de las cuales es el cuarteto de cuerdas. Otros grupos usuales de cámara son el trío de cuerdas, el trío con piano, el quinteto con piano y el quinteto de cuerdas. Menos usuales son los instrumentos de viento y de metal. Algunos compositores han escrito obras para grupos mixtos de vientos y cuerdas, y algunos han escrito para instrumentos de viento solos, aunque los instrumentos de metal (con excepción de la trompa) prácticamente no se han utilizado. Esto se debe quizás a que su sonido potente no es adecuado para la atmósfera intimista propia del género.

Historia [editar]

El término se aplica a las interpretaciones instrumentales, por lo que los madrigales del periodo renacentista del 1500 se pueden considerar como música de cámara.

La forma barroca más importante de este tipo es el trío sonata.

En el periodo clásico se desarrollaron nuevas formas, siendo la más importante el cuarteto de cuerdas.

Estas obras se escribían generalmente para amateurs, y se suponía que no serían tocadas en público. Muchos de los cuartetos de cuerdas de Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart, por ejemplo, eran para ser ejecutadas como diversión y en privado, para un cuarteto de cuerdas del que ellos mismos formaban parte.

Uno de los compositores responsables de llevar la música de cámara a la sala de conciertos fue Beethoven. Inicialmente él también compuso música de cámara para principiantes, tales como el Septeto de 1800, pero sus últimos cuartetos de cuerdas son obras muy complejas y dificilísimas para los principiantes. Además, en esos trabajos Beethoven llegó al límite de la armonía aceptable en su tiempo (1820 aprox.), y se los considera como sus obras más profundas.

Siguiendo el ejemplo de Beethoven, en el periodo romanticismo, muchos compositores escribieron obras para grupos de cámara profesionales.

A lo largo del S. XX, además de las agrupaciones tradicionales como el trio con piano o el cuarteto de cuerda, los autores tienden a escribir para formaciones mixtas de vientos y cuerdas, como es el caso del Concerto para clave y cinco instrumentos de Manuel de Falla o el Cuarteto para el fin del tiempo de Olivier Messiaen, escrito para violín, violonchelo, clarinete y piano. También será corriente la participación de instrumentos de percusión como en la Historia del Soldado de Igor Stravinski escrita para violín, contrabajo, clarinete, fagot, corneta, trombón, un percusionista y recitador o la Sonata para dos piano y percusión de Bela Bartok. Por otra parte se crean ensembles de grandes dimensiones que deben ser dirigidos. El repertorio para estas agrupaciones es enorme, siendo las dos sinfonías de cámara de Arnold Schönberg representativas del género. Entre las formaciones más conocidas de este tipo de agrupaciones se puede citar a la London Sinfonietta al Ensemble Intercontemporain y al Ensemble Modern. En este periodo el concepto de música de cámara varía con respecto a sus orígenes. Se pierde totalmente el sentido cortesano y burgués de música palaciega o para la reunión de aficionados, convirtiéndose en una música de difícil ejecución para profesionales altamente cualificados. En múltiples ocasiones se recurre al director dada la dificultad rítmica de las obras.

Ejecución [editar]

En la música de cámara, cada parte es ejecutada por un músico diferente; en la música orquestal, por el contrario, existen grupos de músicos que ejecutan la misma parte (todos los primeros violines, todos los segundos violines, así como las violas, los violoncellos y los contrabajos). Muchos grandes solistas disfrutan al tocar música de cámara. Generalmente no existe un director visible, pero siempre hay un músico que lidera el grupo y hacia el cual se dirigen las miradas de los demás; en el caso del cuarteto de cuerdas es el primer violín. Aunque el repertorio no es adecuado para principiantes, hay piezas que se encuentran dentro del rango de capacidades técnicas y artísticas de los amateurs más preparados.































































































































Música clásica

El término música clásica aparece por primera vez en el Oxford English Dictionary en 1836 y señala las composiciones europeas más destacadas del siglo anterior. [1] Con el tiempo significa lo opuesto a la música popular en el lenguaje corriente. Es el nombre habitual de la música culta, académica, docta y otros. La música clásica, en la historia de la música y la musicología, es la música del clasicismo o período clásico (1750-1820). Pero en sentido popular y de gran aceptación en medio escrito, y así lo recoge la RAE, es la música de tradición culta. Las primeras luces acerca de la tradición europea se sitúan aproximadamente en 1450, existe una expresión que abarca casi todos los períodos para definir su época de mayor esplendor: período de la práctica común.

Hacia 1950 la composición culta (es decir, de cierto desarrollo que llevan a cierta complejidad en notación e instrumento) comienza a situarse mayormente fuera de toda la tradición anterior, mediante la composición radicalmente atonal y disonante y otras tendencias opuestas.

Transmisión por notación

Es una tradición musical escrita, conservada a través de la notación musical, distinto medio a la transmisión oral o por grabaciones. Si bien hay diferencias entre las ejecuciones particulares una obra de música clásica busca trascender cualquier interpretación de ella. El uso de la notación musical es un método efectivo para transmitir la música especialmente cultivada, dado que la música escrita contiene las indicaciones técnicas para interpretar la obra. Sin embargo, la partitura usualmente no contiene instrucciones explícitas sobre cómo interpretar la obra, aparte de direcciones de dinámica y tempo; esto queda a discreción de los ejecutantes, quienes están guiados por su experiencia personal y su educación musical, su conocimiento del lenguaje de la obra y el cuerpo acumulado de práctica de ejecución histórica.

Orígenes

La música culta surgió tomando elementos de otras tradiciones musicales: la música de la Antigua Grecia y la música de la Antigua Roma (sobre todo por sus contribuciones teóricas), la música de la Iglesia católica (principalmente el canto gregoriano). Los hitos que definieron su rumbo, sin embargo, fue el descubrimiento y posterior desarrollo de la polifonía, así como el posterior desarrollo de la armonía, la revolución musical conocida como el Ars nova y la evolución de la notación musical, además del estudio de la estética musical. Con la era de los descubrimientos que comenzó en el siglo XV y posterior colonialismo, la música clásica llegó a otros continentes y sufrió una síntesis con las tradiciones musicales de los nuevos territorios. Encontramos expresiones de la música clásica en Estados Unidos (p.ej. Charles Ives), Latinoamérica (p.ej. Alberto Ginastera, Heitor Villa-Lobos), Asia (p.ej. Tōru Takemitsu, Tan Dun), África y Oceanía, pero que están conectadas a la música clásica de tradición europea.

Formalización y contenido

La música culta esta hecha para ser disfrutada por sí misma, a diferencia de otras músicas que funcionan como adjuntas a otras formas de entretenimiento (la música de cine es tratada ocasionalmente como música clásica). Los conciertos de música clásica suelen tener lugar en una atmósfera relativamente solemne, esperándose que el público se mantenga en silencio para evitar distraer la concentración de los demás. Los intérpretes de ordinario visten formalmente, una práctica que es normalmente interpretada como un gesto de respeto para la música y el público, y los músicos tampoco interactúan directamente o bromean con el público. Lecturas privadas de música de cámara pueden tener lugar en ocasiones domésticas más informales.

Como en las bellas artes, la música clásica aspira a comunicar una cualidad trascendental de la emoción, que expresa algo universal acerca de la condición humana. Si bien la expresión emocional no es una propiedad exclusiva de la música clásica, esta honda exploración en la emoción permite que la mejor música clásica alcance lo que ha sido denominado lo "sublime" en el arte. Muchos ejemplos pueden citarse para demostrar esto. Por ejemplo, la musicalización del poema de Friedrich Schiller Oda a la Alegría en la Novena sinfonía de Beethoven, que suele interpretarse en actos de independencia nacional o de celebración, como aquella famosa ocasión en que la dirigió Leonard Bernstein para marcar el colapso del Muro de Berlín, y la tradición japonesa de tocarla para celebrar el Año Nuevo. Sin embargo, otros compositores, como Iannis Xenakis, argumentan que el efecto emocional de la música en los oyentes es arbitrario y que, por lo tanto, la complejidad objetiva o el contenido de información de la pieza es lo supremo.

A lo largo de la historia, los padres se aseguraron de que sus hijos fuesen instruidos en la música culta desde muy temprana edad. Un experiencia musical temprana daba las bases para un estudio serio posterior. Para aquellos que deseaban ser ejecutantes, cualquier instrumento es prácticamente imposible de aprender a nivel profesional si, o al menos un instrumento similar, no eran aprendidos desde la infancia. Algunos padres buscaban la enseñanza musical por razones sociales o en un esfuerzo por impartirles un útil sentido de la auto-disciplina; las lecciones parecen mostrar también un incremento en el desempeño académico. Algunos consideran que el conocimiento de las obras de la música clásica es parte de una buena cultura general.

Interpretación

Los compositores clásicos aspiran imbuir a su música de una relación muy profunda entre su contenido afectivo (emocional), y los medios con los que lo logra. Muchas de las obras clásicas más elogiadas hacen uso del desarrollo musical, el proceso por el que un germen, idea o motivo musical es repetido en distintos contextos, o alterados de tal manera que la mente del oyente conscientemente o no compara las diferentes versiones. Los géneros clásicos de la forma sonata y la fuga emplean rigurosamente formas de desarrollo musical. (Ver también Historia de la forma sonata). Generalmente, las obras de música clásica muestran una gran complejidad musical gracias al uso que hace el compositor del desarrollo, modulación (cambios de tonalidad), variación antes que la exacta repetición, frases musicales que no siempre tienen la misma longitud, contrapunto, polifonía y una armonía sofisticada. Además, muchas obras clásicas bastante largas (de 30 minutos a 3 horas) son construidas a partir de jerarquías de unidades más pequeñas: las frases, los periodos, las secciones y los movimientos. El análisis schenkeriano es una rama de la música que intenta distinguir estos niveles estructurales.

Su transmisión escrita, junto con la veneración dada a ciertas obras clásicas, ha llevado a la expectativa de que el ejecutante tocará la obra de tal modo que realizará en detalle las intenciones originales del compositor. Por lo tanto, las desviaciones de las instrucciones del compositor a veces son condenadas como fallas completas éticas. Durante el siglo XIX, los detalles que los compositores colocaban en sus partituras fueron incrementándose. Así vemos un opuesto rechazo-admiración por los ejecutantes que ofrecen nuevas "interpretaciones" de la obra de un compositor, y no es desconocido que un compositor le pida al intérprete una mejor realización de sus intenciones originales que la que él mismo pudo lograr. De este modo, los ejecutantes de música clásica alcanzan a menudo reputaciones muy altas por su musicalidad, aunque ellos mismos no compongan. Otra consecuencia de la primacía de la partitura escrita del compositor es que la improvisación juega una menor presencia, en marcado contraste con otras tradiciones como el jazz, en donde la improvisación es básica. La improvisación en la música clásica era mucho más frecuente en el Barroco que en el siglo XIX y siglo XX, y recientemente la interpretación de aquella música por músicos clásicos modernos ha sido enriquecida por el resurgimiento de antiguas prácticas improvisatorias. Durante el periodo clásico, Mozart y Beethoven improvisaban a veces las cadencias de sus conciertos para piano (y animaban a otros a hacer lo mismo), pero también tendían a dar cadenzas escritas para que otros solistas pudiesen usarlas.

Influencias de la música popular

La música culta siempre ha sido influida por, o ha tomado material, de la música popular. Los ejemplos incluyen música ocasional, como el uso por Brahms de canciones estudiantiles para la bebida en su Obertura para un Festival Académico, géneros ejemplificados por la Ópera de los tres centavos de Kurt Weill y la influencia del jazz en la música de compositores de inicios y mediados del siglo XX, como Maurice Ravel. Ciertos compositores clásicos posmodernos y postminimalistas reconocen su deuda con la música popular. También hay muchos ejemplos de influencia en el otro sentido, incluyendo canciones populares basadas en música clásica, el uso que se hizo del Canon de Pachelbel desde los años 1970, el fenómeno del musical crossover, en el que los músicos clásicos adquieren gran éxito en el terreno de la música popular (un notable ejemplo es las series de grabaciones "Hooked on Classics" hechas por la Orquestal Filarmónica Real a inicios de los años 1980). De hecho, puede argumentarse que el género completo de la música de cine puede ser considerada parte de esta influencia, dado que brinda a la música orquestal a vastos públicos de cinemeros que de otra manera no escucharían semejante música (no obstante, la mayoría la escuchan inconscientemente). Compositores de música clásica han hecho uso de la música folclórica (música creado por músicos autodidactas, la mayoría de una pura tradición oral). Algunos lo han hecho con una ideología nacionalista explícita, otros simplemente la han explotado como parte de su material temático. Véase: Música clásica y la música folclórica. Algunas fragmentos de música clásica son frecuentemente usados comercialmente (es decir, en la publicidad o como parte de las bandas sonoras de películas de entretenimiento). En la publicidad televisiva, algunos pasajes orquestales poderosos o rítmicos se han convertido en clichés, partiularmente el inicio "O Fortuna" de Carmina Burana de Carl Orff (para efectos terroríficos). Otros ejemplos del mismo género el "Dies Irae" del Réquiem de Verdi y selecciones Rodeo de AaronCopland. Similarmente, en las películas a menudo se recurre a pasajes clichés de música clásica para representar el refinamiento o la opulencia: probablemente la obras más escuchada en esta categoría es Eine Kleine Nachtmusik de Mozart.

Instrumentación

La música clásica y la música popular también se distinguen por los instrumentos que utilizan. Los instrumentos usados en la práctica común de la música clásica fueron inventados antes de la mitad del siglo XIX (la mayoría mucho antes), y codificados en los siglos XVIII y XIX. Consisten en los instrumentos que encontramos en la orquesta sinfónica, junto a otros pocos instrumentos solistas (como el piano, el clavicémbalo y el órgano). Los instrumentos electrónicos, como la guitarra eléctrica y el violín eléctrico, juegan un papel predominante en la música popular, pero de hecho no tienen ninguno en la música clásica antes del siglo XX, y sólo aparecen ocasionalmente en la música clásica del siglo XX y siglo XXI. Tanto los músicos populares como los clásicos han experimentado en las últimas décadas con instrumentos eléctricos, como el sintetizador, con técnicas electrónicas y digitales, como el uso de sonidos sampleados o generados por computador, y el sonido de instrumentos otras culturas, como el gamelan. Es importante notar que todos los instrumentos bajos no existían antes del Renacimiento. En la música medieval, los instrumentos estaban divididos en dos categorías: instrumentos fuertes para usar en exteriores o en la Iglesia, y instrumentos más suaves para uso en interiores. Muchos de los instrumentos que son asociados hoy con la música popular tuvieron un papel importante en la música clásica antigua, tales como la gaita, la vilhuela, la zanfona y otros instrumentos de viento. Por otro lado, la guitarra acústica, asociada a la música popular, ha empezado a ganar preponderancia en la música clásica a lo largo de los siglos XIX y XX. La voz humana es también un instrumento musical privilegiado de la música clásica. Diversos géneros utilizan las voces, solas o bien con acompañamiento instrumental: la ópera, la música coral y el lied.

Mientras que el temperamento igual fue gradualmente aceptado como el sistema de afinación en el siglo XVIII, otros tipos de temperamento, de origen histórico, se emplean a menudo en la música de períodos anteriores al Barroco tardío; El clave bien temperado de Johann Sebastian Bach es utilizado como referencia temporal para indicar el comienzo de ese cambio de temperamento. Por ejemplo, la música del Renacimiento inglés se acostumbra a ejecutar con el temperamento medio.

Períodos históricos

Existe un sistema de división de la historia de la composición de la música clásica en distintos períodos que es ampliamente aceptado. Las fechas son generalizaciones, ya que los períodos se sobreponen unos a otros. Algunas voces autorizadas subdividen los periodos, la fecha o el género. Sin embargo, debe notarse que estas categorías son arbitrarias; por ejemplo, el uso del contrapunto y la fuga, que es considerada una característica del Barroco, fue continuado por Mozart, a quien se considera un compositor clásico, y por Beethoven, a quien normalmente se le describe como en medio del periodo clásico y romántico; y también por Brahms, quien es clasificado como romántico. De acuerdo a este sistema, las principales divisiones son:

  • Música renacentista: Entre 1450 y 1600, hallamos un mayor uso de instrumentos, múltiples líneas melódicas y el uso de los primeros instrumentos graves o bajos.
  • Música clásica: Entre 1730 y 1820, fue una era importante que estableció varias de las normas de composición y estructura. El período clásico también está marcado por la desaparición del clavicémbalo y el clavicordio en favor del nuevo piano, que a partir de ese momento se convirtió en el instrumento predominante para la interpretación en teclado y la composición.
  • Música romántica: Entre 1815 y 1910. Período en que se codificó la práctica, se expandió el papel de la música en la vida cultural y se crearon instituciones para la enseñanza, ejecución y conservación de las obras musicales.
  • Música moderna: Entre 1905 y 1985. Representó una crisis en los valores de la música clásica y su rol dentro de la vida intelectual, y la extensión de la teoría y la técnica. Algunos teóricos, como Arnold Schoenberg en su ensayo Brahms, el progresivo, insisten en que el Modernismo representa una progresión lógica de las tendencias en la composición del siglo XIX. Otros sostienen un punto de vista opuesto, que indica que el modernismo representa el rechazo o la negación del método de composición clásica.
  • Música del siglo XX: Usado normalmente para describir la amplia variedad de subgéneros posteriores al Romanticismo empleados hasta el año 2000, incluyendo a los post-romántico, moderno y post-moderno.
  • Música clásica contemporánea: El término es utilizado a veces para describir la música compuesta en los últimos años del siglo XX hasta el presente.
  • El prefijo neo suele emplearse para describir a una composición del siglo XX o contemporánea escrita en un género perteneciente a un periodo anterior, como el clásico, romántico o moderno, pero con un lenguaje moderno. Por ejemplo, la Sinfonía Clásica de Prokofiev - que acude a los modelos de la sinfonía del clasicismo de Haydn - es considerada una composición neo-clásica.

Música

La música (del griego: μουσική [τέχνη] - mousikē [téchnē], "el arte de las musas") es, según la definición tradicional del término, el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos. El concepto de música ha ido evolucionando desde su origen en la antigua Grecia, en que se reunía sin distinción a la poesía, la música y la danza como arte unitario. Desde hace varias décadas se ha vuelto más compleja la definición de qué es y qué no es la música, ya que destacados compositores, en el marco de diversas experiencias artísticas fronterizas, han realizado obras que, si bien podrían considerarse musicales, expanden los límites de la definición de este arte.

La música, como toda manifestación artística, es un producto cultural. El fin de este arte es suscitar una experiencia estética en el oyente, y expresar sentimientos, circunstancias, pensamientos o ideas. La música es un estímulo que afecta el campo perceptivo del individuo; así, el flujo sonoro puede cumplir con variadas funciones (entretenimiento, comunicación, ambientación, etc.).

Definición de la música

La música académica occidental ha desarrollado un método de escritura basado en dos ejes: el horizontal representa el transcurso del tiempo, y el vertical la altura del sonido; la duración de cada sonido está dada por la forma de las figuras musicales.

Las definiciones parten desde el seno de las culturas, y así, el sentido de las expresiones musicales se ve afectado por cuestiones psicológicas, sociales, culturales e históricas. De esta forma, surgen múltiples y diversas definiciones que pueden ser válidas en el momento de expresar qué se entiende por música. Ninguna, sin embargo, puede ser considerada como perfecta o absoluta.

Una definición bastante amplia determina que música es sonoridad organizada (según una formulación perceptible, coherente y significativa). Esta definición parte de que —en aquello a lo que consensualmente se puede denominar "música"— se pueden percibir ciertos patrones del "flujo sonoro" en función de cómo las propiedades del sonido son aprendidas y procesadas por los humanos (hay incluso quienes consideran que también por los animales).

Hoy en día es frecuente trabajar con un concepto de música basado en tres atributos esenciales: que utiliza sonidos, que es un producto humano (y en este sentido, artificial) y que predomina la función estética. Si tomáramos en cuenta solo los dos primeros elementos de la definición, nada diferenciaría a la música del lenguaje. En cuanto a la función "estética", se trata de un punto bastante discutible; así, por ejemplo, un "jingle" publicitario no deja de ser música por cumplir una función no estética (tratar de vender una mercancía). Por otra parte, hablar de una función "estética" presupone una idea de la música (y del arte en general) que funciona en forma autónoma, ajena al funcionamiento de la sociedad, tal como la vemos en la teoría del arte del filósofo Immanuel Kant.

Según el compositor Claude Debussy, la música es "un total de fuerzas dispersas expresadas en un proceso sonoro que incluye: el instrumento, el instrumentista, el creador y su obra, un medio propagador y un sistema receptor".

La definición más habitual en los manuales de música se parece bastante a esta: "la música es el arte del bien combinar los sonidos en el tiempo". Esta definición no se detiene a explicar lo que es el arte, y presupone que hay combinaciones "bien hechas" y otras que no lo son, lo que es por lo menos discutible.

Algunos eruditos han definido y estudiado a la música como un conjunto de tonos ordenados de manera horizontal (melodía) y vertical (armonía). Este orden o estructura que debe tener un grupo de sonidos para ser llamados música está, por ejemplo, presente en las aseveraciones del filósofo Alemán Goethe cuando la comparaba con la arquitectura, definiendo metafóricamente a la arquitectura como "música congelada". La mayoría de los estudiosos coincide en el aspecto de la estructura, es decir, en el hecho de que la música implica una organización; pero algunos teóricos modernos difieren en que el resultado deba ser placentero o agradable.

Parámetros del sonido

La música está compuesta por dos elementos básicos: los sonidos y los «silencios».

El sonido es la sensación percibida por el oído al recibir las variaciones de presión generadas por el movimiento vibratorio de los cuerpos sonoros. Se transmite por el medio que los envuelve, que generalmente es el aire de la atmósfera. La ausencia perceptible de sonido es el silencio, aunque es una sensación relativa, ya que el silencio absoluto no se da en la naturaleza.

El sonido tiene cuatro parámetros fundamentales:

  • La altura es el resultado de la frecuencia que produce un cuerpo sonoro; es decir, de la cantidad de ciclos de las vibraciones por segundo o de hercios (Hz) que se emiten. De acuerdo con esto se pueden definir los sonidos como "graves" y "agudos". Cuanto mayor sea la frecuencia, más agudo (o alto) será el sonido. La longitud de onda es la distancia medida en la dirección de propagación de la onda, entre dos puntos cuyo estado de movimiento es idéntico; es decir, que alcanzan sus máximos y mínimos en el mismo instante.
  • La duración corresponde al tiempo que duran las vibraciones que producen un sonido. La duración del sonido está relacionada con el ritmo. La duración viene representada en la onda por los segundos que ésta contenga.
  • La intensidad es la fuerza con la que se produce un sonido; depende de la energía. La intensidad viene representada en una onda por la amplitud.
  • El timbre es la cualidad que permite distinguir los diferentes instrumentos o voces a pesar de que estén produciendo sonidos con la misma altura, duración e intensidad. Los sonidos que escuchamos son complejos; es decir, son el resultado de un conjunto de sonidos simultáneos (tonos, sobretonos y armónicos), pero que nosotros percibimos como uno (sonido fundamental). El timbre depende de la cantidad de armónicos o la forma de la onda que tenga un sonido y de la intensidad de cada uno de ellos, a lo cual se lo denomina espectro. El timbre se representa en una onda por el dibujo. Un sonido puro, como la frecuencia fundamental o cada sobretono, se representa con una onda sinusoidal, mientras que un sonido complejo es la suma de ondas senoidales puras. El espectro es una sucesión de barras verticales repartidas a lo largo de un eje de frecuencia y que representan a cada una de las senoides correspondientes a cada sobretono, y su altura indica la cantidad que aporta cada una al sonido resultante.
  • Elementos de la música

    La organización coherente de los sonidos y los silencios (según una forma de percepción) nos da los parámetros fundamentales de la música, que son la melodía, la armonía y el ritmo. La manera en la que se definen y aplican estos principios, varían de una cultura a otra (también hay variaciones temporales).

  • La melodía es un conjunto de sonidos —concebidos dentro de un ámbito sonoro particular— que suenan sucesivamente uno después de otro (concepción horizontal), y que se percibe con identidad y sentido propio. También los silencios forman parte de la estructura de la melodía, poniendo pausas al "discurso melódico". El resultado es como una frase bien construida semántica y gramaticalmente. Es discutible —en este sentido— si una secuencia dodecafónica podría ser considerada una melodía o no. Cuando hay dos o más melodías simultáneas se denomina contrapunto.
  • La armonía, bajo una concepción vertical de la sonoridad, y cuya unidad básica es el acorde, regula la concordancia entre sonidos que suenan simultáneamente y su enlace con sonidos vecinos.
  • La métrica, se refiere a la pauta de repetición a intervalos regulares, y en ciertas ocasiones irregulares, de sonidos fuertes o débiles y silencios en una composición.
  • El ritmo, es el resultado final de los elementos anteriores, a veces con variaciones muy notorias, pero en una muy general apreciación se trata de la capacidad de generar contraste en la música, esto es provocado por las diferentes dinámicas, timbres, texturas y sonidos.

Otros parámetros de la música son: la forma musical, la textura musical y la instrumentación.

Cultura y música

Violinista en la catedral de Dublín.

Buena parte de las culturas humanas tienen manifestaciones musicales. Algunas especies animales también son capaces de producir sonidos en forma organizada; lo que define a la música de los hombres, pues, no es tanto el ser una combinación "correcta" (o "armoniosa" o "bella") de sonidos en el tiempo como el ser una práctica de los seres humanos dentro de un grupo social determinado.

Independientemente de lo que las diversas prácticas musicales de diversos pueblos y culturas tengan en común, es importante no perder de vista la diversidad en cuanto a los instrumentos utilizados para producir s, en cuanto a las formas de emitir la voz, en cuanto a las formas de tratar el ritmo y la melodía y -sobre todo- en cuanto a la función que desempeña la música en las diferentes sociedades: no es lo mismo la música que se escucha en una celebración religiosa que la música que se escucha en un anuncio publicitario, ni que la música que se baila en una discoteca. Tomando en consideración las funciones que una música determinada desempeña en un contexto social determinado podemos ser más precisos a la hora de definir las características comunes de la música, y más respetuosos a la hora de acercarnos a las músicas que no son las de nuestra sociedad.

La mayoría de las definiciones de música solo toman en cuenta algunas músicas producidas durante determinado lapso en Occidente, creyendo que sus características son "universales", es decir, comunes a todos los seres humanos de todas las culturas y de todos los tiempos. Muchos piensan que la música es un lenguaje "universal", puesto que varios de sus elementos, como la melodía, el ritmo, y especialmente la armonía (relación entre las frecuencias de las diversas notas de un acorde) son plausibles de explicaciones más o menos matemáticas, y que los humanos en mayor o menor medida, estamos naturalmente capacitados para percibir como bello. Quienes creen esto ignoran o soslayan la complejidad de los fenómenos culturales humanos. Así, por ejemplo, se ha creído que la armonía es un hecho musical universal cuando en realidad es exclusivo de la música de Occidente de los últimos siglos; o, peor aún, se ha creído que la armonía es privativa de la cultura occidental porque representa un estadio más "avanzado" o "superior" de la "evolución" de la música.

Otro de los fenómenos más singulares de las sociedades occidentales (u occidentalizadas) es la compleja división del trabajo de la que es objeto la práctica musical. Así, por ejemplo, muchas veces es uno quien compone la música, otro quien la ejecuta, y otro tercero quien cobra las regalías. La idea de que quien crea la música es otra persona distinta de quien la ejecuta, así como la idea de que quien escucha la música no está presente en el mismo espacio físico en donde se produce es solamente posible en la sociedad occidental de hace algunos siglos; lo más común (es decir, lo más "universal") es que creador e intérprete sean la misma persona.

La notación musical occidental

Desde el surgimiento del canto gregoriano se comienza a utilizar un sistema de notación musical que tiene por función perdurar en el papel aquello que está destinado a sonar. Este sistema fue evolucionando, y en el Renacimiento ya cristalizó con los rasgos más o menos definitivos con que lo conocemos hoy, aunque -como todo lenguaje- ha ido variando según las necesidades expresivas de los usuarios.

El sistema se basa en dos ejes: uno horizontal, que representa gráficamente el transcurrir del tiempo, y otro vertical que representa gráficamente la altura del sonido. Las alturas se leen en relación a un pentagrama (un renglón de cinco líneas) que al comienzo tiene una "clave" que representa una altura fija y convencional. En un pentagrama encabezado por la clave de Sol en segunda línea nosotros leeremos como sol el sonido que se escribe en la segunda línea (contando desde abajo), como la el sonido que se escribe en el espacio entre la segunda y la tercera líneas, como si el sonido en la tercera línea, etc. Para los sonidos que quedan fuera de la clave se escriben líneas adicionales. Las claves más usadas son las de Do en tercera línea (clave que toma como referencia al Do de 261,63 Hz, el Do central del piano), la de Sol en segunda (que se refiere al Sol que está una quinta por encima del Do central), y la de Fa en cuarta (referida al Fa que está una quinta por debajo del Do central).

El discurso musical está dividido en unidades iguales de tiempo llamadas compases: cada línea vertical que atraviesa el pentagrama marca el final de un compás y el comienzo del siguiente. Al comienzo del pentagrama habrá una fracción con dos números; el número de arriba indica la cantidad de tiempos que tiene cada compás; el número de abajo nos indica cuál será la unidad de tiempo.

Para escribir las duraciones se utiliza un sistema de figuras: la redonda (representada como un círculo blanco), la blanca (un círculo blanco con un palito vertical llamado plica), la negra (igual que la blanca pero con un círculo negro), la corchea (igual que la negra pero con un palito horizontal que comienza en la punta de la plica), la semicorchea (igual que la corchea pero con dos palitos horizontales), etc.. Cada una vale la mitad de su antecesora: la blanca vale la mitad que una redonda y el doble que una negra, etc..

Las figuras son duraciones relativas; para saber qué figura es la unidad de tiempo en determinada partitura, debemos fijarnos en el número inferior de la indicación del compás: si es 1, cada redonda corresponderá a un tiempo; si es 2, cada blanca corresponderá a un tiempo; si es 4, cada tiempo será representado por una negra, etc.. Así, una partitura encabezada por un 3/4 estará dividida en compases en los que entren tres negras (o seis corcheas, o una negra y cuatro corcheas, etc.); un compás de 4/8 tendrá cuatro tiempos, cada uno de ellos representados por una corchea, etc..

Para representar los silencios, el sistema posee otros signos que representan un silencio de redonda, de blanca, etc..

Como se ve, las duraciones están establecidas según una relación binaria (doble o mitad), lo que no prevé la subdivisión por tres, que será indicada con "tresillos". Cuando se desea que a una nota o silencio se le agregue la mitad de su duración, se le coloca un punto a la derecha (puntillo). Cuando se desea que la nota dure, además de su valor, otro determinado valor, se escriben dos notas y se las une por medio de una línea arqueada llamada ligadura de prolongación.

En general, las incapacidades del sistema son subsanadas apelando a palabras escritas más o menos convencionales, generalmente en italiano. Así, por ejemplo, las intensidades se indican mediante el uso de una f (forte, fuerte) o una p (piano, suave), o varias efes y pes juntas. La velocidad de los pulsos se indica con palabras al comienzo de la partitura que son, en orden de velocidad: largo, lento, adagio, moderato, andante, allegro, presto.

Musica y religión

Música Cristiana es la definición que recibe la música dedicada a Cristo. Es la música que se ha escrito durante los últimos dos mil años para expresar de manera, ya sea personal o comunitaria las creencias con respecto a la vida cristiana y la fe. Temas comunes de la música cristiana incluyen alabanza, adoración, penitencia y lamento, y sus formas varían ampliamente en todo el mundo.

Bajo el título de música cristiana se engloba la gran diversidad de movimientos musicales cuyo contenido o motivación es principalmente cristiana.

Al igual que otras formas de música su creación, funcionamiento, importancia, e incluso la definición de música cristiana varía en función de la cultura y el contexto social. La música cristiana está compuesta e interpretada para muchos fines, que van desde el placer estético, religioso o ceremonial, o como un producto para el mercado del entretenimiento.

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